Agradezco
a la vida
que me haya hecho dejar caer
-reto de alto nivel y dificultad
si quiere hacerse en paz-
los planes que tanto y tanto me ilusionaban.
Esta vez, ha utilizado un virus
que, de momento, se limita
a hacerme sentir frío
-un día como hoy se agradece-,
ir descansando de butaca a sofá
-aquello que tanto me cuesta por mi cuenta-,
manteniendo la cabeza lo bastante clara
como para disfrutar
una joya como esta,
que me ha llegado
a través de un corazón y unas manos
que amo muchísimo.