Agradezco
el casi audible,
inconmensurable
suspiro de placer
que de los pies
se contagia
a cada célula del cuerpo
cuando, finalmente,
me saco
los zapatos
que hace unas horas
parecieron tan adecuados
para hacer aquellos encargos.
Agradezco
el casi audible,
inconmensurable
suspiro de placer
que de los pies
se contagia
a cada célula del cuerpo
cuando, finalmente,
me saco
los zapatos
que hace unas horas
parecieron tan adecuados
para hacer aquellos encargos.